¿Sabías que en España cerca de 26 millones de viviendas pierden 12.000 millones de euros cada año por su mal acondicionamiento energético? Pero no todo está perdido… y es que de hecho ¡hay mucho por hacer! Una solución de rehabilitación energética podría transformar este escenario de una manera muy positiva.
Solo hay que asumir el compromiso y comenzar a implementar estrategias y herramientas que hagan eficiente nuestra casa. En este blog, te introduciremos en el tema y te daremos las claves para que tú también seas parte del cambio y optimices la rentabilidad de tu hogar. ¡Empecemos!
Cómo es una casa eficiente
Casa eficiente es el nombre que reciben aquellos inmuebles que reducen el consumo de energía, las emisiones de gases de efecto invernadero y el uso de recursos no renovables. Entre otros factores, se destacan por:
- Adaptarse al clima del lugar a través de la consideración de la exposición solar, las precipitaciones o el viento.
- Disponer el espacio de manera inteligente para ahorrar en iluminación o en calefacción.
- Emplear materiales biodegradables y con óptimas características térmicas.
- Aislar térmicamente paredes, techos y ventanas.
- Implementar sistemas inteligentes en los termostatos y la iluminación para aprender del comportamiento de los habitantes y generar patrones de uso.
- Implementar sistemas de autoconsumo eléctrico, como paneles solares o generadores eólicos.
El grado de eficiencia de una vivienda se dispone en el certificado de eficiencia energética, que es obligatorio en España desde el 1 de junio de 2013. Allí se mide la adecuación de la casa a las diferentes condiciones de sostenibilidad en una escala que va de la A (más eficiente) a la G (menos eficiente).
Si bien esta regulación lleva 9 años vigente, aún la mayor cantidad de viviendas reciben un puntaje tan bajo como G, lo que implica un gran gasto de dinero que podría ahorrarse o destinarse a otros proyectos.
Cuidar tu bolsillo es la razón más inmediata para apostar por una casa eficiente… pero, a largo plazo, el impacto en el medioambiente es el verdadero gran motivo. La pandemia de COVID-19 nos enseñó lo importante que es invertir en sostenibilidad y cuidar el entorno para garantizar nuestra salud y nuestro bienestar y el de las generaciones que nos sigan. ¡Invertir en eficiencia energética es una prioridad!
¿Por dónde empiezo?
Remodelar tu vivienda para aumentar su eficiencia implica tanto incorporar materiales aislantes térmicos, como fuentes de energía renovables y soluciones tecnológicas. ¡Un gran trabajo! Difícil pero no imposible. No te abrumes, paso a paso todo se logra. Aquí te dejamos tres pasos:
1. Elige la energía renovable
Los paneles solares fotovoltaicos o térmicos hacen la diferencia a gran escala: contribuyen en la reducción de hasta 18 toneladas al año de gases contaminantes (en una sola casa). La iluminación, por ejemplo, representa el 15% del consumo mundial de electricidad y el 5% de las emisiones de gases de efecto invernadero.
2. Comprueba el aislamiento térmico
Presta atención al suelo, las paredes y las ventanas: ¿poseen aislantes térmicos? Si no los tienen, puedes realizar una reforma para incluirlos: deberás invertir dinero pero luego ahorrarás hasta un 30% en costos de energía.
3. Perfecciona calefacción y agua caliente
Evita las calderas eléctricas y los sistemas de calefacción a base de carbón o gasoil. Por el contrario, opta por el gas o energías renovables como la aerotermia o la geotermia. Estas instalaciones pueden implicar un alto costo al principio, pero suponen un ahorro de entre un 40-70%.
Paso secreto número 4: cambia tu actitud
Apaga las luces al salir de una habitación, conserva el frío y el calor regulando la apertura de las ventanas, aprovecha la luz del día cuanto te sea posible. Esas pequeñas acciones ya impactarán en gran medida en tu economía. Y, ya lo sabes, reducir el consumo y aprovechar al máximo la energía en uso ayuda a proteger el planeta. ¡Vamos a por ello!